Descripción
Cepillo dental de bambú infantil. ( cerdas suaves )
CARACTERISTICAS:
- Mango de bambú: moso o viejo (tipo de bambú el cual no es alimento de osos pandas).
- Mango con diseño ergonómico, hecho de bambú moso compostable.
- Las cerdas suaves, color rojo o rosado, están fabricadas de Nylon 612 dupont ( tipo de plástico de mayor grado de degradación y recomendado por especialistas en higiene bucal).
- Libre de BPA ( bisfenol).
- Empaque sin plástico, de papel reciclable con impresiones en tinta de origen vegetal ( puedes compostar).
Altura del cepillo : 14 cm
¿Cómo cuidar mi cepillo de bambú ?
El bambú es un material natural que se conserva mejor cuando se mantiene en un área seca. No lo pongas en un vaso, donde quede húmedo. Lo mejor es mantener el cepillo en un porta cepillo ventilado o en cualquier otra área seca. ( Te sugerimos nuestro porta cepillo de bambú Dobakaru o estuche de bambú para transportarlo, recuerda siempre guardarlo seco )
Limpieza: lavar los filamentos como un cepillo común.
El bambú es un material biodegradable. En la parte superior del cepillo de dientes que va en la boca podría comenzar a verse más descolorido con el uso. ¡Esto es normal! No afectará su función para el cepillado.
Reemplazo
Con el cuidado adecuado, un cepillo de dientes de bambú ecológico durará lo mismo que un cepillo de plástico convencional. Se recomienda reemplazarlo entre 2 a 3 meses o cuando los filamentos se hayan deshilachado.
Dobakaru es una marca Chilena.
Los cepillos son fabricados en China, la fabrica cuenta con certificación FSC, lo que nos asegura que son productos provenientes de bosques administrados de manera responsable tanto ambiental como socialmente.
¿ Que hacer con mi cepillo de bambú cuando termine de usarlo?
Puedes reutilizar limpiando superficies o separa las cerdas del mango con una alicate tipo pinza. Las cerdas pueden reciclarse o a un ecoladrillo. El mango es compostable.
¡ Para que te hagas una idea!
El cepillo de bambú es compostable y puede degradarse en menos de un año.
Un cepillo de plástico puede demorar más de 400 años en degradarse y sabemos que muchos llegan al mar.
